lunes, 14 de septiembre de 2015

DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA CORAL DE LA PUEBLA DEL RÍO

DIEZ AÑOS CANTANDO Y REPRESENTANDO A LA PUEBLA DEL RÍO.

Pues sí, hoy se cumplen 10 años del nacimiento de nuestra coral, de la coral de todas y todos, la Coral de la Puebla del Río.

Fue, efectivamente, un 14 de septiembre de 2005, cuando un grupo de mujeres y hombres, enamorados de la música, se reunió en torno al que ha sido durante todos estos años su director, el maestro Paco Serrano, con un sueño y un modesto pero ambicioso proyecto en su mochila.

La mayoría de los componentes de esta coral no tenían apenas conocimientos específicos ni una técnica adecuada para este tipo de canto... pero "se tiró palante", con ganas, con ilusión, con trabajo, con alegría... y así poco a poco los obstáculos del camino se fueron allanando.

Hemos tenido el honor, el placer y el orgullo de llevar el nombre de nuestra Puebla del Río por numerosos pueblos de la provincia de Sevilla; y por supuesto en la capital, en lugares tan emblemáticos como la Catedral y la iglesia de El Salvador, entre otros.

También le hemos cantado a la Blanca Paloma en el Rocío, y es a nuestra Virgen del Rocío a la que le hemos dedicado nuestro primer y único disco hasta ahora: nuestra MISA ROCIERA.

Son tantas cosas las que hemos hecho juntos, que sería imposible nombrarlas aquí todas sin alargar en exceso este texto.

Dar las gracias a nuestro director, Paco Serrano, por su gran labor, por su paciencia y por su arte.
Y gracias a todos y cada uno de los componentes de esta nuestra coral, a los que están y a los que estuvieron, y a quien se nos fue hasta el cielo... Porque todas y todos hemos sido importantes en este equipo, aportando nuestras voces y nuestros corazones.

Finalmente, sólo decir que La Coral de La Puebla del Río no es sólo un grupo de cantores y cantoras, sino que sobretodo es un grupo de amigos y amigas; un grupo donde el compañerismo, el respeto y la amistad han sido los ejes fundamentales para que todos y todas hayamos podido DISFRUTAR DE LA MÚSICA.

Que así sea por muchos años.

miércoles, 17 de junio de 2015

FESTIVIDAD DEL CORPUS EN LA PUEBLA DEL RÍO

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     La semana pasada, día 4 de junio, como en años anteriores, la Coral de La Puebla del Río fue invitada por la Hermandad Sacramental, a participar en el cortejo de su magna procesión.

     Probablemente, en algunos pueblos de la geografía española existan hermandades de características parecidas a la de La Puebla del Río, pero muy difícilmente estén a la altura de su perfección, tanto en la organización como en el respeto y sentimientos demostrados por sus, no ya feligreses (los cigarreros), sino por propios y extraños (nativos y visitantes).

    Describir el desfile procesional, su cortejo, a los espectadores que desde horas antes de la procesión se van situando a lo largo de sus hermosa calle Larga, visitando sus monumentos (altares levantados en algunas casas para realzar la hermosura de las calles engalanadas como manifestación de profunda devoción o fe al Santísimo), solamente se puede calificar de excepcional, lo que motiva que año tras año, la perfección de esta extraordinaria procesión sea cada vez más exigente, si ello es posible, porque hoy en día roza la perfección; téngase en cuenta, que solamente en nombrar a las hermandades, estandartes de las mismas, séquito: autoridades civiles y militares, las señoras de mantilla (que tanto realce le da a la procesión, poniendo esa nota de tradición española), niños y niñas de comunión, Coral de La Puebla del Río (que pusieron el alma en cada canción, entonada con un sentimiento de complicidad espiritual que emanaban del incienso y el romero tan primorosamente depositado en sus bellas calles engalanadas para este día único e incomparable), palio para cobijar, en este caso, al Vicario Sur Episcopal de Sevilla, y, por último, a la Custodia del Santísimo Cuerpo de Cristo Nuestro Señor, se invirtieron alrededor de veinte minutos, teniendo que ir a contra reloj los hermanos de la Hermandad Sacramental, porque de siete a nueve y media de la tarde, aproximadamente, se tiene que volver a recoger en su templo, no dando tiempo lamentablemente, para contemplar tanta belleza ni para poder disfrutar de tan hermoso momento.



     ¡Qué efímero!
     ¡Qué fugaz!
     ¡Dios mío! ¿Cómo es posible que pase el tiempo tan rápido?
     Sí, se fue ese día tan esperado.
     Nuevamente volvimos a lo gris de lo cotidiano. Ya solamente nos queda la reflexión de tan inefable día.
     Pero, ¿qué son las procesiones?
     ¿Por qué se hacen y que representan?

     Las procesiones como rito religioso, es decir, como una manifestación de culto público a la divinidad, se encuentra en todas los pueblos y religiones. Como acto de culto se celebraban también en el Antiguo Testamento. La Iglesia ha adoptado e incorporado esa tradición religiosa, natural y espontánea al culto cristiano, depurándola y reservándola para algunas ocasiones especiales.

     En el Código de derecho Canónico se encuentra una especie de definición:
     “Bajo el nombre de sagradas procesiones se da a entender las solemnes rogativas que hace el pueblo fiel, conducido por el clero, yendo de un lugar sagrado a otro lugar sagrado, para promover la devoción de los fieles, para conmemorar los beneficios de Dios y darle gracias por ello, o para implorar el auxilio divino” (canon 1290,1).

     Las procesiones de los cultos paganos eran, en general, muy frecuentadas. Se daban tanto en las religiones mistéricas, como en las religiones étnico-políticas o nacionales.
     En el Antiguo Testamento, al menos una docena de salmos hacen referencia a una procesión o peregrinación. También puede ver: 2 Samuel: 6,11 y 1 Crónicas 16, donde se describen solemnes pompas con cantos de salmos y gran júbilo del pueblo, que celebraban el traslado del Arca, y también 1 Reyes 8 y 2 Crónicas 5.

    Los Judíos realizaban procesiones para Pascua, Pentecostés y para las fiesta de los Tabernáculos, y se dirigían a Jerusalén.
    
     En los primeros siglos de la era cristiana, fue muy común ver reunidos a los cristianos, aun en tiempos de persecución, para llevar en procesión a los cuerpos de los mártires hasta el lugar de su sepulcro; así lo cuentan las Actas de los martirios de S. Cipriano y de otros muchos santos.

    Pronto los fieles comenzaron a acudir en peregrinación a visitar los lugares santos: Belén, Jerusalén, etc. (Hay testimonios explícitos ya en el siglo III). Y también acudían de diversas partes a visitar, en Roma, los sepulcros de S. Pedro y S. Pablo, y los cementerios de los mártires; en Asia menor, el de Santa Tecla; en Nola, el de S. Félix; y así un sin fin de lugares más.

    Tras la paz de Constantino surgieron otras formas procesionales. En Roma las procesiones de las “Estaciones” donde el Papa celebraba la liturgia de las grandes solemnidades.

     En Jerusalén, la peregrina Etería hablaba de cómo la comunidad, los días señalados (como el domingo de Ramos, por ejemplo), marchaba en procesión a uno de los Lugares Santos (Calvario, Monte de los Olivos, etc.), para conmemorar un acontecimiento de la salvación y celebrar después la Eucaristía. Y así hay un sin número de testimonios de los primeros siglos cristianos de la costumbre de celebrar procesiones.

   
     Pero la nuestra… La procesión del Corpus… No se puede definir de  forma más sencilla y entrañable, como la definió el niño sentadito en su poyete:                       Mi Corpus de  siempre. . .

Fiestas del Corpus Glorioso
que cada año nos devuelves
con la cruz del sacrificio
la esperanza de los fieles.

Y para hacer más glorioso
este paseo por las calles
el pueblo alfombra tu paso
con bello romero verde.

El niño con su ilusión
sentadito en su poyete
viendo el camión del romero
grita a su madre ¡ya viene!

Pero antes de ese momento,
se preparan los enseres,
las brochas, los cubos viejos,
para encalar las paredes.

Las casas son como enfermos
que tienen heridas leves, 
que la lluvia del invierno
filtró en sus viejas paredes.

Se reparan desconchados
que cicatrices parecen, 
y a las azoteas y patios
el brillo se las devuelve.

Mientras se afanan en hacerlo
se arrinconan los colchones,
y se cubren con un lienzo
para evitar que se manchen.

Se amontonan trapos viejos,
estropajos en los rincones,
se pinta hasta el fregadero
y se forran los cajones.

Huele a lejía y jabón
y en el patio hay nuevas flores, 
a claveles y a geranios,
porque ya se acerca el jueves.

Todo se pinta de nuevo,
huele a pintura de siempre, 
las calles son un hervidero,
Pepillo, el Chispa y los Fabres.

Qué días tan señalados
¡cuántos recuerdos me traen!
ver de nuevo ese romero
que va alfombrando las calles.

Y ya en ese día del Corpus,
cuando el pueblo resplandece
y van pisando romero
los ángeles por la tarde.

Ellas con sus trajes blancos
y ellos irán de almirante,
algunos marineritos,
otros con ropa de calle.

Y las ramas de romero
se trillarán con los pies,
esa alfombra que formaron
los tallos al reverdecer.

Y cuando la procesión
ya se recoja en el porche,
mi alma se elevará al cielo
con los últimos cohetes.

Y evocaré los recuerdos
de aquellos queridos seres
que se marcharon al cielo
y siempre los tengo presentes.

Con lo que ellos disfrutaron
en esas calles de siempre,
viendo primero a sus hijos,
luego a sus nietos ya hombres.

Dios los acoja en el cielo,
él a su lado los siente,
y me guarde un rinconcillo
para el día que yo llegue.

Y cuando haya terminado
todo en la noche del jueves
y recoja el camionero
los despojos de ese jueves.

Se llevará entre sus tallos
una carga de ilusiones,
y otra vez estaré de nuevo
esperando un nuevo jueves.

Y siempre seré ese niño
sentadito en el poyete,
y aunque ella se haya ido
le gritaré que ¡Ya viene!

Dedicada con cariño a tod@s los que en el día del Corpus nos sentimos niños. 

                              La Puebla del Río, Corpus del 2015  




miércoles, 22 de abril de 2015

NUESTRA CORAL EN LA SEMANA CULTURAL

El pasado domingo 12 de Abril, La Coral de La Puebla del Río ha participado en la apertura de Actos de la Semana Cultural 2015 de nuestra villa, organizada por el Exmo. Ayuntamiento de La Puebla del Río y la Asociación Sociocultural.

La Coral ha interpretado en primer lugar el Himno de Andalucía, y posteriormente la Salve Rociera (que podéis escuchar en nuestro primer disco).

A continuación se ha procedido a inaugurar la XXIX Muestra de Artes Plásticas "Las Palmillas", con una gran afluencia de público.

Por último destacar el homejane realizado a Don Luis Blas Infante, hijo del padre de la patria andaluza, Don Blas Infante.





lunes, 2 de febrero de 2015

LA CORAL DE LA PUEBLA DEL RÍO EN LA FIESTA DE LA LUZ: "LA CANDELARIA", EN EL SANTUARIO DE Nª Sª DEL ROCÍO



 





     Ayer sábado día 31 de enero de 2015, La Coral de La Puebla del Río tuvo la dicha de cantarle a la Venerada Madre de Dios y Nuestra, Santísima Virgen del Rocío, en la Vigilia de la Presentación de Jesús en el Templo, en la Fiesta de la Luz.

     Donde en el nido dorado de La Blanca Paloma, en su basílica del Rocío, en la aldea del pueblo de Almonte, tuvimos la suerte de asistir al acto de entrega del título de filial a las dos nuevas hermandades: Torrejón de Ardoz y de nuestro vecino pueblo aljarafeño de Salteras.

     Con estas dos nuevas hermandades, son ya ciento diez las que harán, Dios mediante, este año el camino para  encontrase con la Divina Pastora, en este bendito año 2015.

      Y como otros años, sobrepasarán el millón de personas, las que peregrinaran hacia el sur de España, a Andalucía; en la provincia de Huelva; a ese rinconcito del Cielo, en el pueblo de Almonte; a la aldea del Rocío.

     Y todo este caminar, aceptando las privaciones de la comodidad que nos ofrece nuestra sociedad actual; este gustoso sacrificio es realizado para entrar en:

Su ermita.
En su casa.
En su basílica.
En el nido de la Blanca Paloma.
Nuestra Santa.
Querida.
Venerada.
Adorada.
Amada.
Madre de Dios.
Madre Nuestra.
Por siempre.

¡Virgen Santa del Rocío!

“No quiero ni un solo instante,
 pienses me olvido de ti,
pues siempre bendita madre
tu recuerdo anida en mí,
por la mañana y la noche
mis rezos son para ti”.

     Sí, queridos amigos, ayer sábado día 31 de enero de 2015, esta agrupación de aficionados, enamorados de la Obra de Nuestro Señor y su Santísima Madre, soñábamos con este día mágico, único irrepetible: nada más y nada menos, que cantarle al La Virgen del Rocío y a su Divino Hijo, el Pastorcito Divino. Íbamos con una carga de ilusión desde La Puebla del Río, nuestro querido pueblo, a ofrecerles nuestro amor hecho canciones, a poner con nuestras humildes voces, ramilletes de flores hechas melodías, a los pies de Nuestra Madre, La Blanca Paloma, esa Señora, que nada más asomar al pórtico de su Basílica, nuestros ojos se inundan en lágrimas, embargados por la emoción del momento ¿por qué? Ese milagro o misterio, no lo ha sabido descifrar ningún historiador, lo cierto es, que si llegamos ilusionados, volvimos enamorados, pensando en que tal vez algún otro año nos llamen, para volver de nuevo más ilusionados si cabe y con mejores voces, porque la gripe ha hecho estragos en nuestras filas y cuatro de nuestros mejores componentes, no han podido participar de tan bella función religiosa.

     Estos actos son tan emocionantes, que más que la razón los mueve el corazón, son sentimientos tan profundos, que el raciocinio humano no llega a asimilarlos. Eruditos historiadores han intentado explicar el fenómeno “fe”, y no han podido más que dar una explicación más o menos acertada, pero no han podido llegar, desentrañar el meollo del que hablamos.

     Hace unos cincuenta años, vino a regir la diócesis de Huelva, el obispo, García Lahiguera. Hombre del norte, nacido en tierras de Navarra, que había vivido cerca de cincuenta años en Madrid y, según confesión propia, había sido testigo de muchas manifestaciones religiosas, entre ellas las grandiosas de Roma: beatificaciones, canonizaciones, proclamación del Dogma de la Asunción, Concilio Vaticano II, etc.

     Pues este varón, maduro y adusto, se vio pronto envuelto por la pasión del Rocío, se convirtió en un pastor romero y llegó a afirmar, que no es posible establecer comparaciones con otras manifestaciones religiosas populares, ni con ninguna expresión devota multitudinaria de otros pueblos. Y no porque las comparaciones pudieran resultar odiosas, sino por lo singular, distinto y específico de la devoción  andaluza a la Virgen del Rocío.
    
     En este sentido, el Rocío, entendido como tal, es el conjunto de elementos que integran el fenómeno devoto, es algo específicamente distinto en su género de manifestación de fe y algo singular y único, en su especie de amor, a la Santísima Virgen. Porque la Virgen del Rocío (escribió monseñor García Lahiguera), hace milagros de espíritu, mientras oye las sevillanas que le cantan y los piropos que le dedican sus hijos.

     Quizás aquel obispo de Huelva, se aproximó como nadie, a la definición del Rocío, al afirmar que es una fuerza inmensa.

     Es posible que tal fenómeno, único, incomparable, distinto e insuperable, nazca de la fecundísima fuente de energía sentimental que brota de las llamas, que sobre las cabezas de los andaluces, y de todos los romeros que se acercan al Primer Pentecostés: el de la Blanca Paloma.

     El Rocío es fuerza, es poder, es dinamismo, es luz, es calor, es vida, es llamarada que inflama las almas. Por eso, de cualquier corazón enamorado de La Blanca Paloma, brotan los versos espontáneamente, aunque sean así de sencillos, humildes  y directos:



Quisiera ser el santo palio
que protege a tu persona
de la inclemencia del tiempo
del rocío de la aurora.

Quisiera ser el costero
en que gravita tu peso
para sentir en mi nuca
tu carga al igual que un beso.

Quisiera hacer de varal
para acompañar tu paso
y hacerte de fiel guardián
envejeciendo a tu lado.

                                             
                                                Quisiera ser el rostrillo
                                                que te acaricia a diario
                                                 y besar suavemente
                                                 tus santos rizos dorados.

                                                 Quisiera ser para ti
                                                  el estandarte y guión
                                                 que acompañan tu camino
                                                 cuando por las arenas sales
                                                  escoltada por los pinos.


       
                                   
  Con cariño para la Coral de La Puebla del Río.                                                           
  Paco Otilio
                                                               
 La Puebla del Río, a 2 de febrero de 2015





jueves, 22 de enero de 2015

TRIDUO SAN SEBASTIÁN, PATRÓN DE LA PUEBLA DEL RÍO

El pasado día 18 de Enero, La Coral de La Puebla del Río ha participado en el segundo día del Tríduo dedicado a nuestro patrón, San Sebastián.
Por primera vez, esta coral ha tenido el honor de participar y cantar el Himno de nuestro Santo Patrón, el cual salió en solemne procesión el martes 20 de enero.